Hola, querida gentusilla. Tras
varios meses desde que publiqué la última entrada y tras recibir cientos…miles…MILLONES
de cartas de fans enloquecidos porque querían que actualizase ya el blog, vengo
a satisfacer sus deseos. Llevo varios días pensando sobre qué hablaros, y hoy,
mientras filosofeaba en el váter leyendo la etiqueta del champú en portugués (eu
falo muito bem português) he tenido una revelación como las de Fátima: quiero hablaros sobre algo
que he llamado películas "prêt-à-porter”.
Es decir, películas creadas
exclusivamente para sacar dinero en taquilla. De esas que protagonizan Mario
Casas (“3 metros sobre el cielo”), Ryan Gosling (“El diario de Noa”), Channing
Tatum (“Querido John”), Josh Duhamel (“Un lugar donde refugiarse”, la más
reciente) y demás engendros de gimnasio. Chicos, chicos, chiiiiicos… sabemos
que la mayoría de vosotros estáis un poquito limitados a la hora de actuar, pero no es
cuestión de rebajarse tanto. Puede que os digan que estáis haciendo un papel
súper profundo y que éste os va a lanzar al estrellato, pero al único sitio donde os
va a lanzar es a las carpetas de las adolescentes hormonadas de medio mundo.
Sois meros objetos sexuales, abdominales que quedan bien en pantalla, hormonas sudorosas con cuatro frases mal escritas. Eso sí,
en cuanto a la chica, no es ni objeto sexual ni nada de eso, es un objeto, sin más, que está
ahí porque para que sea una comedia romántica tiene que haber dos
protagonistas, que sino…
¿Y qué decir del argumento?
Algunas películas, lo asumo, podrían tener buen fondo, pero su meta comercial
lo impide y todo se queda en la típica trama ñoña y empalagosa que está
prohibida para diabéticos.
Yo soy de los que piensan que el
cine es un modo de expresarse, de representar los sentimientos del director o del guionista, de
emocionar y entretener al espectador, un modo de arte. Y estas películas son
contrarias a eso.
Vosotros diréis: “¿Qué problema
tienes? No vayas a verlas y listo”. Vale, no voy a verlas, pero es que me
fastidia que sean las únicas películas que va a ver la gente, cuando hay otras
muchísimas mejores, sin abdominales, sin tramas nauseabundas que se mueren de
asco en taquilla por no ser comerciales. Y eso es realmente injusto.
¿Y por qué “películas
prêt-à-porter”? Porque son películas con una estructura fija cuyas piezas van
cambiándose por otras para no estar lanzando al mercado la misma película todos
los años, aunque eso sea lo que hacen.
Desde aquí hago un llamamiento
para que dejen de hacerse estas películas, para que se apueste por películas de
calidad. Y os animo también a que comentéis aquí abajo qué os parecen este tipo
de películas, si estáis a favor de ellas o en contra o también podéis apuntar la lista de la compra, que no siempre se tiene un papel a mano y luego vienen las lamentaciones cuando os sentáis en el trono y veis el tubito de papel higiénico acabado.
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